martes, 4 de diciembre de 2012

Cézanne y la construcción de la forma.

Podemos considerar a Cézanne como uno de los grandes artistas que facilitaron el camino a las primeras vanguardias desde su trabajo en el ocaso del siglo XIX. Se formó en París, junto a Camille Pissarro, en la técnica impresionista, al no conseguir entrar en la Escuela de Bellas artes; incluso, hay quien le incluye en este grupo puesto que participó en su primera exposición. De esta época son lienzos en los que a través de temas como bodegones o retratos deja ya ver su interés por el color y la forma, así como por las composiciones simples y claras.

A finales de los ochenta vuelve a su localidad natal e inicia su carrera en solitario tratando de superar el impresionismo y explorando la solidez de las formas de la naturaleza y el modo en que se relacionan en el espacio. Paisajes, naturalezas muertas y retratos constituyen el grueso de su producción en la cual consigue dar volumen a todos los elementos que integran el cuadro, y lo hace usando tan solo el color, eliminando el dibujo, la linea y cualquier delimitación. Eso sí, aísla los objetos con contornos claros. Obtiene la forma y el volumen, únicamente del color organizándolo en superficies lisas: el color equivale a forma y volumen que se convierten en aspectos esenciales de la representación. El claroscuro y los esfumados atmosféricos son sustituidos por colores concretos y hace un uso muy particular de la pincelada, una pincelada que nada tiene que ver con el toque corto de los impresionistas, una pincelada constructiva que por un lado articula los distintos planos de color y que por otro acentúa la corporeidad de los objetos.
En el apartado espacial, es importante señalar que renunció al punto de fuga, pero sin dejar de atender a la profundidad, consiguiéndola a través de la yuxtaposición de superficies cromáticas. Gracias a este uso del color también para la definición espacial capta mejor los volúmenes al percibir los objetos desde distintos puntos de vista lo que le llevará a un orden plástico esencialmente geométrico, postura que ataca directamente a los postulados impresionistas interesados en la luz y la atmósfera. En este sentido destaca su serie dedicada a la montaña Sainte Victorie, donde la reducción expresiva del volumen a la pura geometría se hace más potente.

Desde una observación directa de la realidad logró la simplificación y la síntesis de las formas básicas de la naturaleza; síntesis que se convirtió en en el objetivo de su vida artística un análisis que le llevo a buscar la estructura subyacente de la naturaleza en función de sus formas geométricas.

En 1895 se organizó una exposición de su obra que obtuvo el aplauso de los pintores coetáneos y supuso una autentica revelación para los pintores más jóvenes. Así, su influencia fue determinante para la aparición del cubismo y en general, para la concepción artística del arte del siglo XX que desembocaría en las corrientes constructivistas y abstractas.


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